¿Qué es un fideicomiso en vida revocable?

 

Este es un acuerdo con 3 partes:

• El/los Fideicomitente(s) (la persona/personas que forman el Fideicomiso);
• Los Fideicomisarios (las personas que administran el Fideicomiso); y
• Los Beneficiarios del Fideicomiso (las personas que se benefician del Fideicomiso).

Por ejemplo, un esposo y una esposa pueden nombrarse a sí mismos las 3 partes para crear su Fideicomiso, administrar todos los activos transferidos al Fideicomiso y tener pleno uso y disfrute de todos los activos del Fideicomiso como beneficiarios durante su vida. Según los términos del fideicomiso, otros fideicomisarios de “respaldo” pueden intervenir para administrar los activos en caso de que la pareja quede incapacitada o muera. Disposiciones especiales en el Fideicomiso también controlan la administración y distribución de bienes a los herederos en caso de fallecimiento de los Fideicomitentes. Con una planificación adecuada, la pareja también puede evitar o eliminar los impuestos sobre sucesiones en su patrimonio. El fideicomiso en vida revocable puede permitirles lograr todo esto fuera de cualquier procedimiento judicial.. Por lo tanto, los principales beneficios de usar un fideicomiso en vida revocable son:  

• Evita los procedimientos de sucesión (al morir)
• Evita Procedimientos de Tutela (en caso de incapacidad)
• Mantiene la privacidad
• Proporciona un receptáculo unificado para activos
• Protección de acreedores para beneficiarios contingentes (por ejemplo, sus hijos)
• Reduce los impuestos de sucesiones

 

¿Quién debe tener un fideicomiso en vida revocable?

La planificación patrimonial no es solo para los fenomenalmente ricos. Ya sea que sea joven o viejo, rico o tenga un patrimonio modesto, casado o soltero, si posee activos titulados, como una casa, y quiere que sus seres queridos eviten la interferencia de la corte en su muerte o incapacidad, considere un fideicomiso en vida revocable. Un fideicomiso le permite reunir todos sus activos bajo un solo plan sin interferencia judicial. Esto es especialmente importante para las personas que poseen bienes inmuebles en varios estados. Por ejemplo, suponga que posee bienes raíces en Florida, Nueva York y Nueva Jersey. Si fallece siendo dueño de estas propiedades a su nombre individual, su patrimonio no solo estará sujeto a procedimientos de sucesión en Florida, sino también en Nueva York y Nueva Jersey. Esto significa tres veces los costos judiciales y tres veces los honorarios de los abogados. Todo esto podría evitarse transfiriendo las tres propiedades a un fideicomiso en vida revocable mientras esté vivo y tenga capacidad.
 

¿Qué significa “financiar” mi fideicomiso en vida revocable?

Solo los activos titulados a nombre de su Fideicomiso y los activos pagaderos a su Fideicomisario (o pagaderos a algún otro beneficiario designado) al momento de su muerte evitan la sucesión. Por lo tanto, para que un Fideicomiso en Vida Revocable funcione correctamente, no es suficiente que el Fideicomitente simplemente firme el Contrato de Fideicomiso. Después de que se firma el Acuerdo de Fideicomiso, el Fideicomitente debe “financiar” sus activos en el Fideicomiso. En general, para financiar su Fideicomiso, debe transferir todos sus activos de propiedad individual a su Fideicomiso y modificar las designaciones de beneficiarios para que dichos activos sean pagaderos al Fideicomisario a su muerte. Por ejemplo, las cuentas bancarias se pueden volver a registrar a nombre del Fideicomiso, los bienes raíces se pueden traspasar al Fideicomiso y las pólizas de seguro de vida se pueden hacer pagaderas al Fideicomisario a su muerte. El objetivo final de financiar un fideicomiso en vida revocable es garantizar que la propiedad del fideicomitente se rija por los términos del contrato de fideicomiso. Esto, a su vez, permitirá que el Fideicomisario administre las cuentas y los activos mantenidos a nombre del Fideicomiso en caso de que el Fideicomitente quede mentalmente incapacitado o muera sin necesidad de una orden judicial o interferencia judicial.